Básicamente esa fue la pregunta.
Vivo en un país en donde mucho no podes planificar las cosas. Digo, será que me puse vieja y me empezaron a molestar ciertas cosas que antes no, entonces me pongo pesada. Y ¿conservadora?, no creo, pero bueno. Compré un pasaje por un precio muy bajo a mitad de año, el que iba a aprovechar para visitar gente. La vida allá iba a ser cara, pero pagable, y eran tan sólo 15 días.
Pero como todo es impredecible, un día te despertás y te das cuenta que tu sueldo, ya no vale lo mismo que el mes anterior, y que lo que te queda el día 31 para irte a vacaciones se reduce a nada, o a 0.57$ en la cuenta . Usar la tarjeta fuera del país, es casi un pecado y encima te la recargan, y si compras dólares en Florida y Corrientes tenes la sensación de estar comprando hachís.
Mi viaje, comenzó entonces a unos meses de que parta el avión a ponerse en duda.
Como "argentinito medio pelo" también hice compras locas con la tarjeta, como una computadora para trabajar y un par de boludeces de oferta en el super, obvio
con la tarjeta de un supermercado. Caí en el verso de sacá la tarjeta del super que la compu te queda mucho más barata.
Un día, me facturaron mal, entonces, como argentinita que cree que las instituciones existen para algo es porque funcionan fui a hacer la denuncia a Defensa del Consumidor, mientras esperaba la resolución no pagué el resumen, porque en teoría todo funcionaba así.
Defensa del Explotador, solo te da dos sillas para que la contraparte venga y te diga que lo que debés magicamente se duplicó, porque una denuncia en Defensa del Consumidor no tiene validez como denuncia, así que te comen los intereses de tu deuda desde que dijiste yo no pago. Claro, defensa del consumidor, da turnos espaciados, así que fácil se te juntan un par de resumenes + sus intereses malditos.
Defensa del Consumidor, te ofrece una silla, para que te sientes y si la empresa se presenta ya muestra la intención negociadora de la misma, por lo tanto ya estas en condiciones de levantar la denuncia por más que te estén moliendo a palos.
En definitiva, si no me hacía la canchera ni inventaba nada raro de querer hacer valer mis derechos y pagaba el resumen mal hecho, el chiste me hubiera salido mucho más barato.
Así que para lo que quedaban de los ahorros irán a cubrir este gasto. Ahorros que se vieron afectados los días que había que salir a trabajar fuera de casa por la falta de luz.
Y así funciona todo por acá, trabajas para pagar más por menos, para pagar deudas, para tener gastritis, para disfrutar una ola de calor sin poder usar un ventilador (no soy de los golpistas que usan aire acondicionado), para ser Don Ramón forever.
Y lo que más me jode de todo es que siento que en algún momento las cosas se pudieron hacer bien y sin embargo... lo dejo a tu criterio.