jueves, 28 de abril de 2011

La Boda Real

El tipo que atiende en el puesto de diarios de la calle Estado de Israel llegando a Corrientes, es un hombre raro. De pelo blanco, escucha La Red o se queda sentado en las mesas del pub, antro (no en sentido mexicano) pool, lugar barato y oscuro llamado Morena. En verano esta con bermudas y ojotas como antiguas y en invierno con gorro de lana como Teletubbies.

Habla raro, pausado. El año pasado cuando recién salía la Lonely Planet versión local en que París se llevaba la portada. Ahí nos preguntó si conocíamos Paris, me respuesta fue sí.

- "París, es bárbaro" sentenció el canillita. "Yo estuve allí cuando murió Lady Di".

Así, cada vez que paso por ahí, caminando o en colectivo me da por pensar, que pensará este tipo sobre la Boda Real.

jueves, 21 de abril de 2011

Las luces del Estadio



Avanzas por la calle Juan Agustín García. Siempre desde Nazca, y ves como el las calles que le siguen aparen más personas, pinta fiesta. A las pocas cuadras se vuelve procesión y entre las espesura de los arboles se ven las luces del estadio.

Gente mucha, gente, los tipos que te venden un llavero a ocho pesos y la cola de El Monito. Gente y más gente. Pinta fiesta.

No importa como estamos, si seguimos, si nos quedamos, si tenemos que festejar o si tenemos que estar. La emoción está ahí, ahí ya estoy emocionada, más si se que me voy a sentar en

Los fuegos artificiales, los bombos, las bandas, el hincha que le dice "Rústico" a Escudero, el hincha que le dice "Lírico" a Escudero. Los nervios, los gritos, las puteadas a los "negros", "volvete a la selva mono", que querés son brasucas, los cantitos contra el fortín (son catorce), el "paragua toca una U -NA", el tiempo que pasa pinta angustia, pero felicidad porque hace años que no pasaba esto, y bronca por que perdimos, perdimos nosotros.

Un miedito a la salida, la PFA corriendo, arma en malo, ruidos a vidrios promesas de corridas, hinchas de Velez con los del Flu y los viejos estanderes que prometen venganza contra los putos de Liniers, alguna puteada cruzada entre Juan A. García y Boyacá.

Se terminó, duró lo que duró, pero esto es el fútbol, un lugar en donde los poderosos ganan casi siempre, como la vida misma.

martes, 19 de abril de 2011

viajes cortos en colectivos

cuando el viaje es corto, o vengo como muy cargada, y no tengo ganas de sacar un libro de la mochila, descubrí que en mi celular, que suelo no poder conectarme de Internet, encontré la forma de poder pasar el tiempo...

ayer, iba en el 124, miro mi telefonito pongo buscar dispositivos con el B y veo los nombres de teléfonos que viajan en el bondi.

Así, empiezo a buscar a los posibles propietarios. Ayer dí un HUGITO así mal escrito, y ahí empiezo a inspeccionar, pongo todos los juicios de valor a la búsqueda del posible HUGITO, y para mi que era el que venía con una campera blanca de la selección argentina, trucha por supuesto.


Hola INADI!

miércoles, 6 de abril de 2011

el twitter los pone nerviosos

El periodismo "independiente" se cansa de hablar de la intolerancia del oficialismo.

Ayer en Twitter (si soy mucho más prolifera en esa red de miniblog que en este espacio) se me ocurrió decirle a un pibe cualquiera así como yo, que Pablo Sirven "no era piola".


Oh sorpresa, el secretario de redacción de La Nación, señor al que no sigo, por que no me gusta, me parece aburrido, no me parece "piola" se tomó el trabajo de dedicarnos un link, en donde otra de las plumas prodigiosas de La Nación había escrito un texto en donde se cuenta la historia de un pobre tipo, resentido, al que le pagan para hablar en contra de ellos.


Digo yo, tratar de resentido a las personas que definitivamente piensan distinto a uno también es intolerancia, o no?

aaay son tan básicos



aclaro borro el nombre del otro twitero por que no tenía nada que ver

martes, 5 de abril de 2011

Francés que me hiciste mal





Una vez, cuando era joven y pensaba que podía ser moderna por siempre, siempre así como Cerati
me enamoré de un francés, esa fue la primera vez que lloré por algo que tenía que ver con la lengua de Amelié.

Hoy, cuando mis ambiciones de ser moderna para siempre se vieron superadas por la ilusión de tener un par de chatas de cada color, casi lloro por un Francés.

Este Francés, no es más que el Banco Francés que te hace parir para conocer el estado de cuenta de una tarjeta de crédito.

Porque ya no alcanza con digitar los 16 números de tu tarjeta, el códido de seguridad, el DNI, si no que te piden hasta la fecha de nacimiento para lograr que una persona te atienda.

Una vez más, a cargar todos los datos y a esperar 10 minutos, y así otra vez, y otra vez, hasta que se corta, o hasta que llegas a los 40 minutos de "conversación" telefónica con una máquina.

Me estoy descubriendo como consumidora. Defensa del Consumidor, haceme un lugarcito que voy a acampar a tu oficina

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