Estábamos cerca del Abasto y entramos al shopping, como no había ganas de cocinar fuimos al multicultural patio de comidas. Mientras esperaba que mi bombón llegara con la bandejita me busqué una mesa. De la nada aparece papá punga con hijito punga y se me sientan enfrente de la nada, así obligándome a salir de la mesa.
Sí. Decime boluda, o como quieras, pero no quería tener problemas en un lugar tan bobo como un patio de comidas de un shopping. Como sea, el señor le está enseñando a su hijo que siempre te podes cagar a alguien, pero no tenía ganas de pelearme con un chabón de capri, zapas con resortes, musculosa, tatuaje tumbero y pelo con mechitas rubias. No, un día domingo.
Shopping punga no more, al menos hasta el BAFICI.
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