Me gusta eso que dicen que los argentinos somos el fruto de "un crisol de razas" aunque supongo que para esta altura de los acontecimientos esta expresión esta fuera de circulación, pero el concepto es lo que vale. Me encanta buscar rastros de antepasados que no existieron (o si, vaya uno a saber) en las cosas cotidianas que me gustan. Por ejemplo, cuando "ataco" las casas de comida árabe o me empacho con dátiles (sólo en España lo consigo hacer) y pienso si abuela Arminda cuyo sueño era conocer El Cairo y que amaba a Omar Shariff no tendría algo de turca en la sangre..y así mil.
Lo cierto que tengo un costado que negué durante casi toda mi vida, que es mi costado rural. Mi viejo era de un pueblo chico de esos que se pierden por la ruta 5, lo cierto es que él se murió cuando era muy chica y nunca pude conectar como hubiera querido con esa parte familiar.
Después de mucho, mucho tiempo acepté mi costado rural y es algo que me encanta y mucho. Al punto que de vieja me había puesto estudiar Agronomía, pero ya a los 30 no estoy para esos trotes..
Me conformo con una pared como la de esa casa, con ventanas altas, y mucho verde alrededor, al menos de vez en cuando, como para tener en claro que soy un poquito de muchos lados.
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