Recoleta tiene algo especial, algo único. Con solo mirar las personas que caminan por sus calles te das cuenta si realmente son del barrio, sin son visitantes o si son vecinos prestados. Chicas lindas como de casting para novia de Cerati (cuando estaba vivo y con casi 50 años vivía como si tuviera 25), perfectamente lookeadas como rebeldes y con un mechón más rubio en el largo flequillo de costado. Señoras con expresión de llevar un sorete colgando de la nariz en una cara cubierta de arrugas. Resguardadas en abrigos, y bufandas que huelen a perfume. Señoras que aún son señoritas, que vieron pasar su juventud creyendo que era mejor ir a estudiar a Paris que llevar otra vida que solas se encerraron en una torre del saber que la aleja del resto, y que miran con cierto recelo a una mamá joven divina, con tres niñas perfectas envueltas en impecable uniforme verde.
Es un barrio de mujeres solas, en donde alguna pareja de hombres con chalinas rosas cruzan con ademanes delicados que contrastan con su edad y con sus cuerpos de Fernando Niembro y algún hijo medio hippie que se quedó en el viaje, entra a un lujoso edificio, con una barba larga y una cabellera que deja entrever el paso de los años.
Un barrio de contrastes, por decirlo de alguna manera.
ResponderEliminarSaludos
J.
un barrio q por suerte no es el mío.
ResponderEliminarSaludos
tuve la suerte de hospedarme en un apart hotel en recoleta y me parecio muy lindo. espero poder volver pronto
ResponderEliminarA mí me gusta mucho Recoleta, su cementerio, sus palacios franceses, sus museos de arte... Creo incluso, que con el paso de los años, he empezado a sentir afecto por los "recoletenses", que antes me caían tan mal como a usted. Pero en un mundo tan tendiente a la homogeneización y a la mixtura arbitraria, casi prepotente muchas veces, uno termina por valorar las particularidades. Es difícil en casi todos los barrios de Buenos Aires, hoy en día, efectuar una caracterización tan precisa como la que usted formulara en este post.
ResponderEliminarUn cordial saludo.