asquito

Mientras comía una porción de tarta de acelga, si la mujer siempre escoje "plato light", veía dos espectaculos horribles frente a mi.

1- El pulpo que tenía razón

2- Señora de las cuatro décadas chapando a dos manos con joven, hecho mierda, pero joven al fin de unos 27. Con manos que iban y venian y lenguas que se veían de todos lados. Como cuando tenés 16 años y estas en la puerta de tu casa, como el zaguán que no tuve. Como eso, como dos seres calientes que no se comieron las medialunas que dejaron en la mesa, pensando en lo que se comerían después. Como dos seres que no tenían sentido de la ubicación. No importaba que fuera sábado a la tarde, en una pizzería Continental, superpoblada, a escasos metros del pelotero y justo abajo de un televisor el día que se juega el tercer lugar de un mundial de fútbol. En Liniers.

En fin, detalles no más.